Quizás no me recuerdes soy José Trejo de México mi Pastor fue Rubén Castillo te recuerdo de hace años con mucho cariño, aún sigo adelante en el camino del Señor, te mando un abrazo, Dios te bendiga
PORFIAD A ENTRAR

- Detalles
- Publicado: Jueves, 28 Agosto 2025 18:47
- Escrito por Esteban Trujillo
El siguiente escrito es el editorial extraído de la Revista Internacional Maranatha, edición Julio 2025.
Estimados lectores, les saludo en el “Nombre sobre todo nombre” (Fil. 2:9) de nuestro Señor Jesucristo, esperando que cada uno esté porfiando cada día en su caminar con el Señor. Hay que pelear “la buena batalla” de la fe cada día (2 Tim. 4:7).
El Señor nos dice en Su Palabra: “PORFIAD a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” (Lc. 13:24). Hoy en día, todo mundo quiere lo que es fácil y sin esfuerzo, lograr lo máximo siendo un mediocre. Pero esto no es algo que va a funcionar en nuestra relación y caminar con el Señor, mucho menos si nuestra meta es “entrar”.
Nuestro Maestro y Señor, nos manda a “agonizomai” (de aquí viene la palabra agonizar), que traducido quiere decir PORFIAD. Es decir, que nuestro Señor nos manda a luchar en Él, a esforzarnos fervientemente, agonizar, pagar el precio que sea necesario por el premio y también a luchar contra nuestros adversarios. Cuando uno en verdad quiere esforzarse en porfiad, habrá oposición de nuestros adversarios, que son nuestra carne y Satanás, con el propósito de que nosotros no permanezcamos porfiando hacia el premio; ¡el premio es “entrar” para estar con nuestro Dios para siempre!
¿Cuál es una de las razones por las que necesitamos porfiad? “Porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán”. ¡Qué terrible y espantoso el no poder “entrar”! En cierta forma, se oye injusto el que “muchos procurarán entrar, y no podrán”. Pero Dios no es injusto, más bien lo son aquellos que “no podrán entrar”. Pues, ciertamente que, “procurarán”, pero será tratando de hacerlo con sus propias fuerzas, y cuando se procura “entrar” de esta manera no estaremos luchando legitimante (2 Tim. 2:5) y no estaremos dispuestos ni podremos esforzarnos fervientemente a luchar cada día contra nuestra propia condición y contra Satanás para pagar el precio necesario, el precio de la obediencia.
Los que “procurarán entrar”, es cierto que tienen un buen deseo, pero tratan de hacerlo de sus fuerzas, sin buscar a Dios y a Su Palabra con hambre y sed, sino con pura tibieza. Tratan de “entrar” a su propia forma y de su propia manera, y haciendo esto no solamente no entrarán, sino que serán vomitados, pues el Señor lo ha dicho: “Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de Mi boca” (Ap. 3:16). ¡Esto es algo terriblemente espantoso!
La gran diferencia entre el que está “porfiando a entrar” y el que solo está “procurando” es inmensa. El que porfía entiende el valor eterno del premio y está dispuesto a pagar el precio de “negarse a sí mismo” (Lc. 9:23) en obediencia a diario al Señor, con quien anhela “entrar” y así estar para siempre con Él. El que solo procura “entrar”, aunque tiene buena intención, no quiere pagar el precio de hacer agonizar a su condición humana en obediencia al Señor. No quiere agonizar a humillarse para ponerse bajo la mano del Señor en obediencia a Su Palabra y así recibir poder para resistir al diablo (Stg. 4:6). No está dispuesto a pagar el precio presente y mucho menos de pagar el precio de lo que está por delante.
¿Si alguien no está porfiando ahora, sino solo “procurando”, cómo podrá porfiar cuando el precio a pagar sea mayor? Si aquel que ahorita no quiere pagar el precio de luchar en el Señor contra su propia condición y Satanás para humillarse y obedecer a Dios, ¿querrá pagar el precio cuando venga persecución? ¿Será que de repente estará dispuesto a porfiad (agonizar, pagar el precio necesario)? Si no lo hace ahorita, mucho menos lo hará cuando el precio sea mayor.
El apóstol Pablo declara: “Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada” (Rom. 8:18). El apóstol estimó “por mayores riquezas el vituperio de Cristo” (Heb. 11:26) en lo presente, y estimó también el premio de “la gloria venidera” (Rom. 8:18), mostrándonos claramente que él vivió porfiando. El apóstol entendía el valor del premio y estaba dispuesto a pagar el precio de la humillación y obediencia al Señor a diario, dispuesto a pagar el precio de persecución y aun de muerte.
Mis hermanos, de nosotros mismos NO podemos pagar el precio necesario al presente ni en lo que viene por delante, ni tampoco podremos de nosotros mismos estar delante del Señor en Su Venida para “entrar” en Su Gloria juntamente con los fieles. Hay que apegarnos a Dios para que cada día nos fortalezca para pagar el precio necesario hoy y hasta que Él venga. ¡Ánimo! “Todo lo puedo en Cristo que me FORTALECE” (Fil. 4:13).
Dios los bendiga.
Pastor Efraim Valverde III.
Si alguien desea obtener la Revisa Internacional Maranatha, Julio 2025, puede dar CLIC en el siguiente ENLACE para descargarla: https://www.evalverde.com/index.php/es/revista-maranatha/download/2-revista-maranatha/143-maranatha-julio-2025