LAS MANIFESTACIONES ENGAÑOSAS
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- Publicado: Miércoles, 02 Diciembre 2020 19:36
MANIFESTACIONES DE LOS ESPÍRITUS
PARTE 4
LAS MANIFESTACIONES ENGAÑOSAS
Las manifestaciones engañosas de los demonios son más que las crudas, y estas operan en formas tan sutiles que las más de las veces es difícil detectarlas. Las he visto turbar y engañar no solamente a hermanos incautos e ignorantes, mas aun a ministros que profesan tener pleno conocimiento de las cosas de Dios.
Por lo regular, esta operación empieza con ciertas manifestaciones idénticas a las del Espíritu Santo, hablando en lenguas angélicas, trayendo mensajes en los cuales dice verdades al conjunto de los creyentes o, en el caso, a los miembros de la familia entre los cuales está “el profeta o la profetiza”. Inclusive, puede también hacer señales sobrenaturales y convencer a todos los que miran.
Al principio de aquellas manifestaciones todo parece normal y para bien, pero al paso del tiempo es cuando se puede detectar el espíritu de error al observar ciertas operaciones que no están apegadas al orden de la Palabra de Dios. Por ejemplo, cuando aquella manifestación no deja que el ministro predique, o que interrumpe con sus gritos y lenguas la predicación, esta es señal contraria.
Por otra parte, cuando aquel espíritu empieza a dar profecías entre el pueblo, que no se cumplen, es de error. Y mayormente cuando empieza dizque “a santificar” a los miembros de la iglesia y a gritar en público las fallas, errores y pecados de algunos, pues lo que logra con esto es escandalizar al pueblo, porque el que debe de saber aquello es el pastor (por eso es imperativo que el pastor sea fiel).
En cierta ocasión en una confraternidad, al principio del culto, el espíritu tomó al “profeta” y levantó hasta el cielo al pastor local quien andaba completamente fuera de orden, mas yo lo ignoraba, en cambio a mí me reprobó el espíritu delante de todos, a grado que los puso a pensar que yo era el mismo anticristo. Mas ya consciente de estas operaciones demoníacas, empecé a hablar al pueblo del orden que está establecido en la Palabra de Dios, hasta que llegó el momento cuando “el profeta” se levantó llorando y diciendo a todos que el diablo lo tenía engañado, diciendo inclusive las señales sobrenaturales que aquel espíritu le había mostrado para convencerlo que era el mismo Dios.
Yo me gocé una vez, como me he gozado siempre y hasta hoy, al ver que las verdades y el poder de Dios que reside en Su Nombre (invocado por los hijos de Dios que viven en amor y que hacen justicia), es la potencia suprema a la que tienen que sujetarse todos los “principados, potestades, señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, y malicias espirituales en los aires” (Ef. 6:12).
Pastor Efraim Valverde, Sr.
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